domingo, 4 de noviembre de 2012




               "UN SAXO EN LA NIEBLA"

1º.- Explicar cómo es la figura del narrador en “Un saxo en la niebla”.
Narrador-protagonista: es un chico de quince años,  trabajaba como peón de albañil en una obra, consigue un saxofón gracias al amigo de su padre. Desde este momento el Chico comienza a dar clases de  música, y se le ofrece la oportunidad de unirse a la Orquesta Azul, el sin dudarlo acepta.                                                                                                                                Según su posición respecto al narrador, se trata de un narrador homocigótico, puesto que el narrador (el chico de quince años) cuenta la historia como alguien que ha vivido la historia desde dentro y es parte del mundo relatado.

2º.- Explica cómo ha tratado Manuel Rivas el orden en la presentación de los hechos en este cuento.
Los hechos están en orden cronológico, además este relato nos hace reflexionar el modo de vida que se llevaba hace tan solo unos años en la que el estudio no era primordial, sino algo más bien secundario puesto que en esta época abundaba el hambre y la necesidad. Y los padres no podían proporcionar unos estudios a sus hijos, sino que ellos desde una edad muy temprana tienen que trabajar para ayudar a su familia. Esto nos hace reflexionar en que  debemos valorar más lo que tenemos y aprovechar las oportunidades que nos ofrecen puesto que en la época de nuestros abuelos era un privilegio tener la oportunidad de estudiar y elaborarse un futuro.

3º.- Haz un recorrido por el cuento buscando cada uno de los procedimientos expuestos en el apartado anterior y cita las páginas donde crees que aparecen.
Narrador: es el propio protagonista de la historia, el cual es un chico de quince años que comienza su carrera musical junto a un grupo (La Orquesta Azul).
Descripción:
Tipo de descripción:
Descripción connotativa o subjetiva:                                                                                                                                                                          
El emisor da su visión particular sobre lo que describe, escogiendo el rasgo que más le interesan y añadiendo las
impresiones que esos rasgos le producen.                                                                   
Ej.
- Llevaba  poco  más  de un año de música con don Luis cuando me pasó una cosa extraordi­naria. Después de salir de clase, me paré ante el escaparate de Calzados Faustino, en el Cantón. Estaba allí, con mi maletín, mirando aquellos zapatos como quien mira una película de Fred As-taire, y se acercó un  hombre  muy  grandote, calvo, la frente enorme como el dintel de una puerta.
— ¿Qué llevas ahí, chaval? —me preguntó sin más.
— ¿Quién, yo?
—Sí, tú. ¿Es un instrumento, no?
Tan ancho y alto, embestía con la cabeza y llevaba los largos brazos caídos, como si estuvie­ra cansado de tirar de la bola del mundo.
-Y estaba también el trompeta Couto el contrabajo, el trombón Paco y mi compañero, el saxo tenor, don Juan. Un hombre mayor, muy elegante, que cuando me lo presentaron me pasó la mano por la cabeza como si me diese la bendición.

De acuerdo al lenguaje:
Coloquial: es en la que se utiliza el lenguaje común.
Ej.:
. El vocalista se llamaba Juan María. Era barbero. Un hombre con mucha percha. Muchas chicas se consumían por él.
— ¿Bailas conmigo, Juan María?
— ¡Vete a paseo, perica!
. El acordeonista, Ramiro, era reparador de radios. Un hombre de oído finísimo. Llegaba al ensayo, presentaba una pieza nueva y luego decía: "Ésta la cogí por el aire”.                                                                                          
Se lo agradecí. Dentro de nada, iba a ser mi debut. En Santa Marta de Lombas, según in­formó Matías.
—Sí, chaval (asintió Juan María). ¡San­ta Marta de Lombas, irás y no volverás!

De acuerdo al objeto:

Topografía: es una descripción realizada de un punto fijo, sin que el descriptor este en movimiento al momento de realizar la descripción

Descripción de personas

Prosopografía: Es la que describe los rasgos y características físicas de una persona.

Ej.: Yo estaba hechizado por aquel lazo de ma­riposa y el péndulo de la trenza
— ¡Mira aquí! (repitió él, señalando con el índice una flor rosa en la piel). Cicatrices, había por lo menos seis man­chas de ésas.
— ¿Sabes lo que es esto?  (Preguntó Boal).
Yo sentía pudor por ella y una cobardía que me atenazaba la garganta. Me gustaría ser uno de aquellos conejos con orejas puntiagudas como hojas de eucalipto.
Negué con la cabeza.
— ¡El lobo! (Exclamó Boal). ¿Nunca habías oído hablar de la niña del lobo? ¿No? Pues aquí la tienes. ¡La niña del lobo!
Aquella situación extraña y desagradable entró repentinamente en el orden natural de los cuentos. Me levanté y me acerqué sin pudor para mirar bien las cicatrices en la espalda des­nuda.
Caricatura: Es cuando se exageran o ironizan los rasgos físicos o morales de una persona.

Ej.: El domingo, muy temprano, cogimos el tren de Lugo. Yo iba, más que nervioso, en las nubes, como si todavía no hubiese despertado y el tren fuese una cama voladora. Todos me trata­ban como un hombre, como un colega, pero te­nía la sensación de que por la noche había enco­gido, de que había encogido de la cabeza a los pies, y que todo en mí disminuía, incluso el hilo de voz, al tiempo que se agrandaba lo de fuera. Por ejemplo, las manos de Macías, enormes y pesadas como azadas. Miraba las mías y lo que veía eran las de mi hermana pequeña envolvien­do una espiga de maíz como un bebé. ¡Dios! ¿Quién iba a poder con el saxo? Quizás la culpa de todo la tenía aquel traje prestado que me que­daba largo. Me escurría en él como un caracol.
Laudatoria: expone una visión idealizada de la persona, alaba sus características.
 Ej.:
. Ella llevaba una blusa blanca y una falda es­tampada de dalias rojas. La larga trenza le caía has­ta las nalgas, rematada por un lazo de mariposa. Boal empezó a desabotonar la blusa. Asistí atónito a la escena, sin entender nada, mientras el hombre forcejeaba torpemente con los botones, que se le es­currían entre las manos rugosas como bolitas de mercurio en el corcho de un alcornoque. Por fin, abrió la blusa a lo largo de la es­palda:
— ¡Mira, chico! (exclamó con intriga Boal)
(Yo estaba hechizado por aquel lazo de ma­riposa y el péndulo de la trenza)
— ¡Mira aquí! (repitió él, señalando con el índice una flor rosa en la piel). Cicatrices, había por lo menos seis man­chas de ésas.
— ¿Sabes lo que es esto?  (Preguntó Boal).
Yo sentía pudor por ella y una cobardía que me atenazaba la garganta. Me gustaría ser uno de aquellos conejos con orejas puntiagudas como hojas de eucalipto.
Negué con la cabeza.
— ¡El lobo! (Exclamó Boal). ¿Nunca habías oído hablar de la niña del lobo? ¿No? Pues aquí la tienes. ¡La niña del lobo!
Aquella situación extraña y desagradable entró repentinamente en el orden natural de los cuentos. Me levanté y me acerqué sin pudor para mirar bien las cicatrices en la espalda des­nuda.
 . —Se engancha de las cosas. Queda em­bobada. Como algo le llame la atención, ya no lo suelta. Noté el calor en mis mejillas. Me sentía rojo como el fuego. Ella, mi esquiva chinita, no dejaba de mirarme. Había bajado de la habita­ción preparado para la verbena, con la camisa de chorreras.
—Es por el traje —dijo algo despectivo Boal. Y después se dirigió a ella para gritar—: ¡Qué bobita eres!
. Ella sí que permanecía a la vista. Apoyada en un tronco, con los brazos cruzados, cubiertos los hombros con un chal de lana, no dejaba de mirarme. De vez en cuando, Boal surgía de la niebla como un inquieto pastor de ganado. Lan­zaba a su alrededor una mirada de advertencia, de navaja y aguardiente. Pero a mí me daba igual. Me daba igual porque huía con ella. Íba­mos solos, a lomos del caballo que subía, por los montes de Santa Marta de Lombas, irás y no volverás. Y llegábamos a Coruña, a Aduanas, y mi padre nos estaba esperando con dos pasajes del barco para América, y todos los albañiles aplaudían desde el muelle, y uno de ellos nos ofrecía el botijo para tomar un trago, y le daba también de beber al caballo que sabía sumar.                                                                                                                                              
Aquellos ojos de luz verdosa me iban a seguir toda la noche, para mi suerte, como dos luciérna­gas. Porque yo también me enganché de ellos.
Resumen:
 El cuento trata de un chico de 15 años que trabaja de peón de albañil en una obra. Al padre le regalan un saxofón a cambio de un favor, y éste entrega dicho instrumento a su hijo. El chico se apunta a clases de música, y poco después conoce un hombre llamado Macías y gracias a él entra a tocar en la Orquesta Azul.
 Un día fueron contratados para actuar en Santa Marta del Lombas. El delegado de la comisión de fiestas de Marta del Lombas aloja al chico en su casa. Cuando el chico ve a la mujer de esté se enamora plenamente de ella. Es una mujer de origen chino muy joven, quizás de su edad.
 Cuando llega el momento de tocar, el muchacho está muy nervioso pero cuando ve a la joven, se inspira en el amor que siente por ella y expresa sus sentimientos a través de la música.
Diálogo:
El diálogo, aparece en varias ocasiones a lo largo de la historia se puede observar  desde el principio, cuando el chico se encuentra con el Macías el cual le ofrece unirse a la Orquesta Azul. Hasta el final cuando expresa sus sentimientos hacia la chica mediante la música.
Personajes:
Personaje principal: es un joven saxofonista de 15 años que obtiene la oportunidad de unirse a una banda y se enamora de un Joven china, la cual está casada.
Personajes secundarios:
Padre: es el padre del protagonista, es carpintero y hace carros. Vendió un carro para poder ganar el dinero suficiente para que su amigo pudiese viajar a América. Éste le regala un saxofón.
Don Luís Braxe: Es el maestro de música del chico. Le enseña a tocar el Saxofón. Es pianista y se gana la vida tocando en un local nocturno y con la enseñanza.
Integrantes de la banda “La Orquesta Azul”:
Macías: Es un hombre calco y grandote. Es bacteria de la banda y durante la semana trabaja en Correos.
Juan María: Es el vocalista de la banda, también es barbero y se describe como un hombre con mucha percha.
Couto: Es el contrabajo de la banda. Durante la semana trabaja en una fundación.
Ramiro: Es el acordeonista de la banda. También trabaja como reparador de radios.
Comeraña: Es el trompeta.
Paco Es el trombón.
Don Juan: Es el saxo tenor de la banda. Es un hombre mayor y elegante.
Boal: Es un hombre recio, de mirada oscura y bigote grande.
“China”: Es un china de la misma edad que el protagonista. Es muda y es la mujer de Boal. Es un achica hermosa, el protagonista la llama “chinita”.

4º.- ¿Crees que el personaje protagonista podría responder a este esquema? Justifica tu respuesta.
Esquema: iniciación o partida- aventuras-retorno. 
No, porque es una historia biográfica en la que el narrador-protagonista cuenta las experiencias obtenidas en su adolescencia. Su primer amor, etc...
En cambio este tipo de esquema corresponde a una historia de aventuras, en la que un héroe con habilidades sobrehumanas o rasgos idealizados le permite llevar acabo grandes hazañas por las cuales es reconocido.



                         "LA LECHERA DE VERMEER"


La tarea consiste en que redactes un texto de entre quince y veinte líneas explicando las conclusiones a las que llegamos ese día en clase.
Esta historia está contada por el hijo de la propia protagonista, la cual era lechera. Éste  nos cuenta que cuando era pequeño veía cosas que los demás decían que no habían sucedido. Cuando tiene una determinada edad va a Ámsterdam, donde ve el cuadro de “La Lechera de Vermeer” y observa el gran parecido que tiene con su madre .La da a leer un poema a su madre sobre el cuadro. Poco después, ésta le trae una foto de ella cuando estaba soltera. Le dice que recuerda la casa, el hijo loco y la criada que le abre la puerta, pero que al poco tiempo se fue. Todo igual que el poema de la lechera. La más sorprendente es que las dos mujeres eran como dos gotas de agua.

Opinión personal.
 Habla sobre los paralelismos de la vida, cómo algunas cosas, o situaciones, se repiten en el tiempo.
 El protagonista comprende el misterio de la luz del cuadro, cuando ve reflejada a una mujer que piensa que ha conocido, verificándolo cuando su madre le muestra una foto de ella cuando era joven, y comprueba que la lechera del cuadro y su madre son como dos gotas de agua.

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